viernes, 13 de julio de 2012

"¿Un amor imposible?" capitulo 26











-¿Por qué tan seria?

-por nada… - murmuró ___, con una sincera sonrisa en su rostro. – Solo estoy cansada… - suspiró.

- Si, ha sido… un día largo… - no continuó hablando, solo meneó la cabeza. ___ volvió a suspirar, solo una hora más de vuelo. – No me gusta mucho Atlanta – cambió de tema. 

-¿Por qué?

-me gusta más Canadá, me gusta más su clima. 

-¿no te gusta el verano?

.prefiero el invierno, el frío, supongo que tu no.

-si… no me gusta mucho la lluvia… - suspiró recordando todos los días lluviosos vividos en Canadá, junto a Justin, y las miles de cosas y experiencias que vivió en tan solo un par de semanas. 

- ha sido extraño… - dijo ___ entre pensamientos después de un pequeño silencio. Se podría decir que estaba pensando en voz alta, mientras observaba el color anaranjado del cielo, los últimos rayos de sol. 

-¿Qué cosa? – Justin tomó la mano de ___ y empezó a jugar con esta. 

-este día… - agachó la cabeza. 

-te… ¿puedo preguntar algo? 

-ya lo hiciste – sonrió ___, Justin la miró con cara de “enserio”. ___ arrugó la nariz. – supongo que si Justin. 

-¿Por qué… estabas llorando? – sabía a lo que se refería. Y no quería contestarle, prefería borrar este día, olvidarlo, porque no todos los días son como este. Raro, confuso, ¿no? pero doloroso, aún no sabe las intenciones de Justin, ni por las más hermosas palabras o cumplidos que le diga. ¿Por ser tierno, no? si, solo por eso. Al parecer esa hermosa mirada, esos ojos profundos y misteriosos no tenían significado para ella. ¿Por qué la vida no es más fácil? dicen que es Dios el que pone obstáculos, que hay que superar, pero en el caso de __, es más difícil, pensaba. 

-¿Por qué preguntas? - ___ desvió la mirada. 

-____ - peso delicadamente la llena de sus dedos por la mejilla de ____, haciendo que ella lo mirara a los ojos, con la mirada perdida. 

-porque… - meditó unos segundos – estoy confundida… ¿Por qué lo hiciste? – dijo de repente. Justin volvió a perderse entre sus pensamientos.

-¿me estás diciendo que preferías que te dejara… morir? - tomó una zancada de aire.

-pero… era tu padre – se mordió el labio. 

-ese hombre… no le ha hecho bien a nadie, ni a mi… ni a ti. No iba a dejarte morir, y… lo volvería hacer… - murmuró. ___ sintió un nudo en el estomago y cerró los ojos, pero aún la conversación no estaba cerrada. - no me ignores – susurró en su oído, apoyando su cabeza en el hombro de ___, posando su respiración lenta y acompasada en su cuello. – Te Quiero, ¿tú no a mi? 

-si... si te quiero Justin – dijo desconcertada, y sintió formarse una sonrisa en el rostro de Justin. Solo bastó de minutos para que callera en profundo sueño. 

¿La quería... en qué sentido? ¿Cómo hermana? ¿Amiga? ¿Algo… mas? bueno, solo sabía que ella igual lo quería, le tenía afecto, en especial por cosas como estas. El día de hoy, le demostró que le tenía algún sentimiento por ella, cariño. Se sentía completa, con una agradable sensación. 

***

Atlanta le dio la bienvenida a ambos con una gran tormenta. Inesperada en primavera, fría e imparable. La lluvia cesó durante días, pero eso solo lo unión aún más. Si cualquier persona sin conocerlos, dirían que parecía una pareja un par de enamorados, disfrutan y mostrándole al mundo su gran amor. Había temas para no tocar, como lo de la muerte de Jeremy, se podía decir que eso estaba olvidado. De parte de ambos eran solo sonrisas, y miradas coquetas que lo decían prácticamente todo. Los días y las horas pasaban ridículamente rápidos cuando estaban juntos, solo disfrutaban de esa felicidad. Justin no se reconocía a sí mismo, solo se dejaba llevar, porque necesitaba protegerla y quererla, tal como se dijo a si mismo ese día. Pero los días color rosa, no durarían para siempre, lamentablemente. El sentimiento que ambos tenían era fuerte, pero tal vez no demasiado como para soportar lo que se les aproximaba. 

Esos fuertes brazos desnudos la rodearon nuevamente, como tantas veces lo había echo. ___ inhaló ese embriagante olor natural de Justin, y volteó para encontrarse con su mirada peligrosa. 

-¿es un lindo día, no? – dijo ___, inocente, sonriendo estúpidamente sin quitar su mirada del cuello de Justin. 

-¿perfecto para hacer travesuras? – dijo coqueto, __ solo sonto una risita. Solo dejó que Justin llevara sus manos a su trasero, y la sentara delicadamente en la mesa de la cocina. Admiró por milésima vez su cuerpo semidesnudo, el cuerpo de una diosa, de un ángel hermoso. 

-¿Qué tu no piensas en otra cosa? – rió ___. 

-soy hombre, tengo necesidades preciosa… - murmuró y se dedicó a besar el cuello de ____. Ella volvió a reír, y se limitó a volver a subir a una nube de placer y lujuria. Pero de golpe volvió a bajar de esa nube, gracias a algunos malestares. Por primera vez desde que estaba con Justin, se sentía mareada, con nauseas, como si se le revolviera el estomago. Seguro era algo que comió, seguro. 

-Justin… - dijo entre cortado, cada vez se sentía peor, sentía que se desmayaría en cualquier momento. 

-¿Qué pasa? – dijo despreocupado, sin dejar de hacer su trabajo. 

-para… - dijo con un hilo de voz. 

-¿Por qué? 

-por favor… para – el tono en el que lo dijo, no le agradó para nada a Justin. Inmediatamente se separó de ella, e hizo una mueca al ver que su pial había tomado un tono pálido. 

-¿te sientes bien? – dijo preocupado, no s veía para nada bien. 

-no… - musitó, y los mareos aumentaros, haciendo que todo su peso cayera sobre Justin, que la tomó con delicadeza y la llevó a la habitación. 

-se nota que no te sientes bien, te ves terrible – se acostó a su lado, acariciándole la frente. 

-gracias – respondió con sarcasmo y forzando una sonrisa. 

-¿Qué te duele? 

-solo me siendo algo mareada – mintió. Sentía como si paz hubieran azotado contra el piso. 

-bien, te llevarte a un doctor – se paró, con intención de vestirse. 

-no Justin, no es necesario, se me pasará… 

-no, te ves mal… 

-pero ya me siento mejor – protestó. 

-¿segura? – lo miró con una carita de preocupación y compasión que logró sacarle una sonrisa a ___. 

-si, solo quiero ir a caminar, ¿me acompañas? – sonrió forzadamente, nuevamente. 

-claro – sonrió no muy convencido, y le extendió su mano. 

Ambos se vistieron, y se dirigieron al parque que quedaba cerca. ___ se sentía mejor, pero no tanto. Justin estaba atento, sabía que aún se sentía con nauseas. Sabía que seguiría con su orgullo y no lo dejaría llevarla a un doctor. Así era ___, pero le encantaba. 

1 comentario: